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Respuesta a "La gran mentira de la cerveza saludable"

Soy Manuel J Castillo, el profesor tan amablemente citado en el “Reportaje de Investigación” del Sr Antonio Martínez Ron. He dudado si merecía la pena responder y comentar lo que afirma en dicho reportaje. Y he pensado que sí, que lo voy a hacer. Básicamente porque me divierte y porque las alternativas que tenía para esta tarde eran menos divertidas: corregir un artículo científico o escribir el prólogo de un libro. Así que voy a empezar por “la gran mentira”. Van a ser bastantes comentarios, espero que se publiquen todos y además en su integridad. Aunque quizás sea eso mucho esperar.

 

Empecemos por el llamativo titular: “La gran mentira de la cerveza saludable”. Pero Sr Mnez Ron ¿no es el propio titular la gran mentira? Se lo expliqué clarito en la larga entrevista que me hizo: la cerveza, como cualquier otro alimento o factor, como la leche, el agua, el propio oxígeno o el ejercicio no son saludables ni dejan de serlo. Que lo sean o  no, que sean beneficiosos o perjudiciales, depende de la persona, las circunstancias y sobre todo de la dosis. Se lo dije literalmente: “No hay nada en esta vida, por bueno que sea, que en exceso lo siga siendo”. Ni el agua. Beber un exceso de agua es mortal.  Ya lo decía Paracelso: El veneno está en la dosis. Y yo añado: y también en las noticias falsas, y sus titulares.

¿Cómo puede un científico sostener que la cerveza, que contiene alcohol, es buena para rehidratarse? Se pregunta intrigado el Sr Mnez Ron. Y yo cándidamente le respondo: pues con estudios científicos. Pero hay que leérselos, aunque estén en inglés. Quizás le hubiera gustado al Sr Mnez Ron un estudio que justificara prohibir la cerveza en verano y cerrar los bares los días de calor. Mi estudio le hubiera dado argumentos porque lo planteé no porque me gustara la cerveza, que me gusta (y tranquilos, que nunca me he emborrachado y a estas alturas de mi vida no creo que ya lo haga), sino porque me preocupaba saber si la costumbre que tenemos muchas personas normales de beber cerveza cuando tenemos sed, después de hacer deporte, por ejemplo, podía ser perjudicial, podía impedir una adecuada rehidratación. Precisamente por el alcohol que contiene, y su efecto diurético. Sorprendentemente, cuando planteamos el estudio, nadie lo había investigado. Analizamos todos los parámetros susceptible de verse influenciados por el alcohol de la cerveza. Y encontramos que en personas sanas, que la beben tranquilamente y en cantidad moderada, no tiene ningún efecto perjudicial ni les pasa nada malo. En realidad no hacía falta hacer ningún estudio. Todo el mundo normal lo sabe: cuando se tiene sed, una cerveza no hace ningún daño. Pero como soy científico tenía que comprobarlo científicamente. Y esto, el Sr Mnez Ron, que no lo es, no lo entiende. Y astuto y observador, como es, ha “descubierto” algo que, a su vista, estaba “oculto”: que el estudio y la carrera estaba financiado por la industria cervecera. A lo mejor pensaba que, como soy espléndido y me gusta invitar, lo pagaba yo todo. Por cierto, muy aguda su observación, pero no es que me paseo entre los corredores de Beer Runners, es que corro despacio, porque en esto de correr también es importante no pasarse.

El Sr Mnez Ron ha tenido que ir a Chile a beber de fuentes independientes, fuentes no contaminadas… por la cerveza, u otras bebidas. Y en esas fuentes lejanas le descubren lo que todos sabemos y yo también le dije en la entrevista: que la cerveza hace orinar. Aunque ya le dije yo, que eso depende, de lo que hayas sudado antes, y eso era algo que quería comprobar en mi estudio. Y también le dije que la cantidad de sodio en la cerveza es baja pero que eso se arregla con una buena tapa. Pero claro, algún purista considerará a las tapas y los pinchos, a las aceitunas y las almendras, como una contaminación intolerable de la hostelería y la industria alimentaria. Afirman rotundas esas fuentes independientes que ese contenido de sodio es inferior al que contienen las bebidas rehidratantes. Y yo me pregunto si sus fuentes no estarán un poco contaminadas porque sabido es que las dos bebidas rehidratantes más consumidas en el mundo, el agua y el té, no contienen nada de sodio. (La tercera bebida más consumida es la cerveza.) ¿O a cuales bebidas rehidratantes se refieren esas fuentes? Porque la fuente de esto que yo digo es Wikipedia, sin duda también financiada por anuncios subliminales de cerveza.

 

Puesto en camino, el Sr Mnez Ron ha ido más lejos, a Australia, para descubrir que cuando la cantidad consumida de alcohol tras hacer deporte es alta (en el estudio al que hace referencia, 2,4 litros de cerveza) ya no es tan buena. O sea, toda una novedad: too much of a good thing is not a good thing.

 

Y ya de vuelta, recaló en Costa Rica y allí comprobó alborozado que había otros investigadores que decían lo contrario que nosotros. Pero no se percató de una pequeña diferencia: la cantidad de cerveza que allí daban era 1,6 L que, además, los voluntarios debían beber en una hora. Esa cantidad y esa velocidad supera en 5-6 veces la tasa de metabolismo del alcohol en una persona normal, o sea que más que rehidratar a los sufridos voluntarios aquellos investigadores directamente los ajumaban. Lo cual tiene su punto. Y mira que se lo advertí en la entrevista. Que, en esto, el tamaño sí importa, y la cantidad, la velocidad, el sexo, la raza y hasta la práctica. Las mujeres metabolizan el alcohol más lento que los hombres, los caucásicos más rápido que otras razas (algunas lo metabolizan muy mal como los indoamericanos o los aborígenes australianos). Y si no se tiene costumbre de beber, peor.

 

“El estudio de Castillo hace trampa”, dice que dicen varios expertos. Aunque se le olvida mencionar lo que han dicho otros muchos más expertos y que el Sr Mnez Ron conocía de su existencia porque así se lo dije. Expertos como el comité de expertos (valga la redundancia) que evaluó el proyecto de investigación antes de hacerlo, el comité de ética de la Universidad que autorizó la realización (y ambos comités aconsejaron limitar la ingesta a una cantidad moderada), la comisión de doctorado que aceptó la tesis doctoral a que dio lugar este estudio, el tribunal de 5 profesores que juzgó la tesis y le otorgó Sobresaliente Cum Laude, el comité editorial y los referees anónimos que evaluaron críticamente el trabajo y lo aceptaron para publicación, y los distintos congresos nacionales e internacionales, donde se ha presentado y debatido el trabajo. Todos ciegos, todos comprados, por la cerveza.

 

Menos mal que hay siempre alguien que aporta grandes ideas. “Si se quiere demostrar que la cerveza es un buen hidratante, entonces que se rehidraten solamente con cerveza” O sea, barra libre de cerveza, cerveza por un tubo, sin control ni moderación. Que pierdes 4 litros de sudor pues te bebes 4 litros de cerveza, y a ver qué pasa. ¡Claro que sí! Es la más elemental norma (no escrita, eso sí) a la hora de realizar un ensayo clínico. Y yo, entusiasmado por la idea, añado: ¡hagámoslo mejor!, pongamos la cerveza en vena. Comprobemos el efecto rehidratante que tiene la administración intravenosa de cerveza. ¿Cómo no se me había ocurrido antes?

 

Como no podía ser de otra manera, el tema de fondo (tan vigente y de actualidad) es la corrupción. La corrupción que afecta a todo el mundo, a todos por igual, a todos los estamentos. Ahora ya, y gracias a la investigación de Sr Mnez Ron, alcanza de lleno a la clase médica, al mundo científico. (Esta acusación de corrupción generalizada es, por cierto, una magnífica manera de exonerar a los que auténticamente lo son.) Y otro titular que se podía haber elegido: Castillo, un reputado catedrático de Universidad es también un corrupto. Y como él, muchos otros lo serán. Sus investigaciones, sus becarios, se los paga la industria. ¡Qué horror! Pero no se corte Sr Mnez Ron, mire mi CV, mis casi 300 publicaciones y mis otras tantas conferencias, escudriñe y descubrirá con horror como también la industria farmacéutica, y la Unión Europea, y el Estado Español y otros entes privados y públicos me han comprado, me han financiado mis investigaciones. Hasta la industria del fitness, las grandes cadenas de gimnasios, los fabricantes de ropa deportiva y de zapatillas de correr deben estar forrando al corrupto de Castillo. ¡Un profesor que cobra por dar conferencias! Y por dar clases, y por participar en masters, y por enseñar… ¿hasta dónde vamos a llegar? Los profesores deben trabajar gratis, es su sino. Deben ser ejemplares, deben ser fiel reflejo de la conocida maldición carpetovetónica: “Pasar más hambre que un maestro-escuela”. Los profesores tenemos que trabajar sin cobrar, lo sé, pero me pasa que tengo el mismo problema que tenía mi abuelo: que trabajar y no ganar dinero me da sueño.

 

Pero no frivolicemos, no. El problema del alcohol es grave y complejo. Su exceso ha causado y causa mucho dolor y sufrimiento. Quizás lo han sufrido algunos detractores del alcohol en propias carnes. Y me apena. Yo comprendo que personas que han vivido como su padre llegaba borracho a casa y maltrataba a su madre, que ha visto morir a familiares con cirrosis alcohólica, que han perdido a un ser querido por un accidente ligado al alcohol, o simplemente que comprueban lo mal que llevan la bebida, o que les da por llorar cuando beben, se preocupen por las consecuencias de su consumo. Por suerte para la humanidad esto sólo afecta a una mínima parte de los que consumen alcohol, y prácticamente a nadie de los que lo consumen de manera juiciosa, en cantidad moderada y con la comida. Basta mirar las estadísticas de expectativa de vida, y calidad de vida. Basta con mirar alrededor.

 

A lo mejor la preocupación del Sr Mnez Ron por la salud de sus conciudadanos se disparó hasta el paroxismo cuando vio una UVI móvil en la carrera de los Beer Runners. No me preguntó. Seguramente por no preocuparme a mí también. Pero yo lo habría tranquilizado: no estaba allí por la cerveza, estaba por la carrera. Y ya se lo dije en la entrevista, me preocupan más las consecuencias de correr que las consecuencias de beberse una o dos cervezas. Le sugerí que lo advirtiera: ojo con las maratones “populares” que con más frecuencia de la conveniente acaban con alguien muerto, alguien que estaba antes perfectamente sano. Y es que aquí, como en otras cosas, el sentido común es fundamental. Los excesos siempre son malos. Y es de lógica elemental que si a alguien le sienta mal algo, o tienen un problema con algo, lo mejor que puede hacer es no tomarlo. Pero, por favor, que no trate de imponernos  a los demás su problema. Y que tampoco nos asusten: siete cánceres, las adicciones, la violencia… la paz en el mundo. El que no quiera, no pueda o no sepa tomarse una copa de vino o una caña de cerveza con la comida que no se la tome pero que no nos amenace a los demás que sí sabemos y podemos.

 

El alcohol es una fuente de problemas, sí, pero cuando se consume en exceso. El vino, la cerveza, consumidos con moderación, con la comida y una buena compañía es fuente de placer y bienestar. Compárese la situación (situación de todo tipo) de sociedades, pueblos o circunstancias en las que no se consume alcohol con las de aquellas otras en las que dichas bebidas forman, y han formado siempre parte, de su estilo de vida habitual. El alcohol es un problema de salud pública y la ausencia de alcohol también.

 

Esto puede, y debe, ser objeto de un debate en profundidad y estoy encantado de debatirlo con cualquiera que esté personal y científicamente preparado para hacerlo. Y además donde sea. En cualquier medio. Y para no demorarlo mucho: el próximo viernes y sábado se organiza en Cádiz la reunión bianual de los científicos españoles que trabajamos en el ámbito de la actividad física y la salud. Allí doy la conferencia de clausura que titulaba “Citius, Altius, Fortius”, pero dada la actualidad, la voy a hacer sobre este tema, y añadiré al título “…Birrius”. Desde aquí invito públicamente al Sr Mnez Ron a que acuda y tengamos así la ocasión de debatir en público. No podemos pagarle nada por venir pero al final prometo que le invitaré a una birrita. Uy perdón, a un agüita.

 

Es cierto que hay muchos conflictos de intereses, unos se dicen públicamente (como es mi caso) y otros no (y no me gusta señalar). Intereses siempre hay. En mi caso personal los más importantes son los conflictos éticos y morales. Digo lo que hago y hago lo que digo. Digo que es bueno hacer ejercicio, y tomarse una cerveza, y comer cosas saludables, y estar con amigos y pasarlo bien… todo ello con moderación. Y alguien tiene que decirlo. Alguien tiene que decir que pasarlo bien es bueno y pasarlo mal es malo.  Y es importante decirlo sobre todo porque hay gente que vive amargada y, envidiosa, quiere también amargarle la vida a los demás. Y sí, claro que me mueve un interés, el interés de estar mejor y que los demás también lo estén. A eso me dedico.

Fdo. Manuel Castillo.

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